viernes, 29 de julio de 2011

Celos

Existen múltiples tipos de celos.
-Los que se producen cuando, ves a la persona que te gusta coqueteando con alguien.
-Los que se producen cuando descubres que, aquella persona tan maravillosa con la que compartes cada minuto de tu vida, está manteniendo una relación seria y, pone los cuernos contigo.
-Los que se producen cuando, sin más te sueltan que hay otra persona.

Podría numerar cientos  de celos, pero no.
Cuando, estás inmerso o inmersa en una relación, rollo, o como queramos llamarlo, es inevitable sentir celos.
Podemos obviarlos pero ahí están, acechando a cada segundo, como un felino observando a la presa más débil para que, en un despiste... ¡ZAS!
Lo mismo pasa con los celos. Yo, por ejemplo no puedo soportar las situaciones en las que ''parece'' que estoy manteniendo una conversación interesante y la otra persona no para de observar a mi alrededor.
O, por ejemplo, también cuando vas paseando por la calle y la otra persona que, para ti es perfecta y no tiene ni un sólo error, no para de mirarse en cualquier superficie mínimamente reflectante, ¡Si no tiene que intentar estar mejor, a mi me gusta tal y como es!
Otra cosa que puede hacernos sentir celosos o celosas, es cuando alguien con quien nos cruzamos, lleva puestos los mismos pantalones y, en nuestro interior soltamos tal cantidad de improperios que, si se pone atención se nos puede oír la voz de nuestra conciencia con solamente acercar el oído a el nuestro, bueno, a lo que iba, y la persona con la que vamos se gira para mirar el trasero. ¿De qué vas, estás conmigo o con sus pantalones?
Y qué decir de aquellas personas que son lo que el resto del mundo tememos en una relación.
Infieles.
Si por casualidad nos topamos con una persona así en nuestra vida. Lo mejor es, no pensarlo dos veces y, seguir adelante con lo que tenemos.

No puedo dar consejos en este tema, por lo que, sacar vuestras propias conclusiones. Y ante todo, no dejéis de ser vosotros y vosotras mismos.

martes, 26 de julio de 2011

Felicidad.

Según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra ''Felicidad'' tiene tres acepciones.
La primera es :


-Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.


¿Entonces se podría decir que si yo me compro un Vuitton de la última colección soy feliz? 
La respuesta rotundamente correcta es, ¡SI!.
¿Si me regalaran un complemento de Cartier sería feliz?
¡SI!
Aunque, si me paro a pensar el doble fondo de esa acepción según mis amigos y mis amigas verían que mis preguntas y mis respuestas son frívolas y superficiales. No esque sólo busque mi satisfacción personal en joyas y complementos de lujo esque, yo no poseo una persona a mi lado con la me sienta plenamente satisfecho, más que nada, porque no ha llegado esa persona.
Para mucha gente la felicidad no se refiere a algo material, sino más bien, va en referencia con la salud, el amor, el trabajo y la familia.
Visto de esa manera sí que resulta frívola mi manera de ver la felicidad. Pero no por eso no quiero decir que no quiera algo bueno para mi familia sólo que estoy más contento con Vuitton, Prada, Gautier, etc...

La segunda acepción es:

-Satisfacción, gusto, contento.


A ver, si yo me pego el gusto de tomarme un cocktail en la terraza de moda de la ciudad con mis amigos y mis amigas ¿Soy feliz también?
¡SI!
Esta acepción es menos complicada que la otra, porque es más directa y menos ofensiva para otras personas.
Todos podemos ser felices dándonos el placer de comprar, o pasear, u otros tipos de acciones que, como bien dice nos llenen de plena satisfacción, de gusto o que nos contente.

La tercera y última es:

-Suerte feliz.


Esta es más complicada que las anteriores.
¿Quién tiene suerte es feliz? o ¿Es feliz quien tiene suerte?
¿No se puede ser feliz y punto? 
Si, por ejemplo yo, o cualquiera, que no consiga un buen empleo, que tenga problemas económicos, que por cualquier razón este soltero o soltera, pero que aún así cumpla las otras tres acepciones ¿no puede optar a la felicidad plena?
Sinceramente, No entiendo porqué hay que ponerle un significado a una palabra tan compleja, se puede ser feliz de infinitas maneras.
Ya sea con un Vuitton, con un cocktail o con tus amigos.
Sinceramente, ser felices a vuestra manera.