Existen múltiples tipos de celos.
-Los que se producen cuando, ves a la persona que te gusta coqueteando con alguien.
-Los que se producen cuando descubres que, aquella persona tan maravillosa con la que compartes cada minuto de tu vida, está manteniendo una relación seria y, pone los cuernos contigo.
-Los que se producen cuando, sin más te sueltan que hay otra persona.
Podría numerar cientos de celos, pero no.
Cuando, estás inmerso o inmersa en una relación, rollo, o como queramos llamarlo, es inevitable sentir celos.
Podemos obviarlos pero ahí están, acechando a cada segundo, como un felino observando a la presa más débil para que, en un despiste... ¡ZAS!
Lo mismo pasa con los celos. Yo, por ejemplo no puedo soportar las situaciones en las que ''parece'' que estoy manteniendo una conversación interesante y la otra persona no para de observar a mi alrededor.
O, por ejemplo, también cuando vas paseando por la calle y la otra persona que, para ti es perfecta y no tiene ni un sólo error, no para de mirarse en cualquier superficie mínimamente reflectante, ¡Si no tiene que intentar estar mejor, a mi me gusta tal y como es!
Otra cosa que puede hacernos sentir celosos o celosas, es cuando alguien con quien nos cruzamos, lleva puestos los mismos pantalones y, en nuestro interior soltamos tal cantidad de improperios que, si se pone atención se nos puede oír la voz de nuestra conciencia con solamente acercar el oído a el nuestro, bueno, a lo que iba, y la persona con la que vamos se gira para mirar el trasero. ¿De qué vas, estás conmigo o con sus pantalones?
Y qué decir de aquellas personas que son lo que el resto del mundo tememos en una relación.
Infieles.
Si por casualidad nos topamos con una persona así en nuestra vida. Lo mejor es, no pensarlo dos veces y, seguir adelante con lo que tenemos.
No puedo dar consejos en este tema, por lo que, sacar vuestras propias conclusiones. Y ante todo, no dejéis de ser vosotros y vosotras mismos.
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